Esta
fotografía es del Metro de Valencia a las 4:00 pm, sin aire acondicionado el
calor aumenta desproporcionadamente, los gritos, los empujones y el caos son
parte de la escena al llegar el tan esperado tren.
Las
extensas filas por la espera de transporte no sólo son evidentes dentro de las
instalaciones del metro sino también a lo largo de la avenida Universidad y Bolívar
Norte por quienes intentan hacer sus actividades cotidianas como trabajar,
estudiar o cualquier otra diligencia que implique desplazarse a cualquier punto
de la ciudad e incluso a cualquier parte de la geografía nacional, de hecho en el
terminal de pasajeros de Valencia “Big Low Center” es cotidiano encontrar
largas filas para viajar a otras ciudades del país.
Sin
embargo este post no es para contarles el drama que se vive en Venezuela más el
sin fin de problemas con los cuales la mayoría tiene que lidiar y que por supuesto
tampoco es un secreto. Al contrario la intención es cuestionar, criticar e
incluso proponer ideas que de alguna manera contribuya con el análisis y el
abordaje de esta realidad que como sociedad estamos enfrentando.
Y
no capture la fotografía para quejarme, sino para ir más allá, pensar y
repensar, sobre el tipo de nación que queremos tener. La foto es apenas un
ápice, una pequeña muestra de la realidad en la que algunos asumen como
"normalidad" y que en terminantemente no podemos aceptar.
Tenemos
un grave problema de identidad cultural que se ha perdido entre la miseria y la
locura humana, por eso son muchas las cosas que se deben rescatar para poder
salir de esta especie de "canibalización", como principal propuesta
es revaluar y construir un sistema educativo de calidad, que esté enfocado con
los valores fundamentales como la libertad, la igual, la justicia, etc; por el
principal interés es “una educación que no se vea bonita en el papel y sea una utopía
en la práctica.”

Es
cierto que aquí ya no hay instituciones, no hay gerencia, no hay planificación,
esto se hace evidente con el colapso de los servicios básicos en toda la
geografía del país, además de la absurda burocracia que hace aún más descarada
la corrupción que va matando lentamente el estado de derecho y que perjudica
directamente en la población frágil de la sociedad.
Mientras
tanto somos nosotros como ciudadanos los que tenemos que analizar nuestro
comportamiento y nuestras actitudes frente a las dificultades, frente a esas
circunstancias que no podemos evadir ni mucho invisibilizar, frente a esa dura
realidad que se nos quiere imponer, violando nuestros derechos e incluso que
atentan contra nuestra dignidad, contra el derecho a ser felices y una vida
justa.
@VeneIdeal
escribió un tuit que decía: “No dejemos de construir un mejor país porque hayan
unos pocos que quieran destruirlo.” Por nuestro país hay mucho que hacer, mucho
que trabajar, tenemos retos por delante que debemos asumir con mucho compromiso
y con responsabilidad, porque se trata de nuestro presente, de nuestro futuro
como país, se trata incluso del rescate de nuestra identidad, de nuestra idiosincrasia,
es hora de defender nuestros derechos y exigir la devolución de aquellos que
fueron robados. Y para concluir lo hago con una frase de Montesquieu: "No
existe tiranía peor que la ejercida a la sombra de las leyes y con apariencias
de justicia."
Luchemos contra la tiranía
y sus prácticas inhumanas que violentan nuestra dignidad, nuestra calidad de vida y hasta nuestro
derecho a ser libres. La política del caos terminará tarde o temprano y nosotros debemos asumir el protagonismo del cambio que queremos en nuestro país.
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Tenemos un grave problema de identidad. Rescatar nuestra idiosincrasia y nuestros valores es vital para poder entender el potencial humano que tenemos como sociedad. |
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Valencia: Ciudad Industrial, que eso no quede en el pasado depende de nosotros y de nuestro compromiso para levantar este país con trabajo y bastante esfuerzo. |
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